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El Vaskito emana salitre

El Vaskito se llama el barco que dirige Iñaki Azkue, alumno del Basque Culinary Center, en el barrio donostiarra de Errotaburu.  Los platos que allí se sirven emanan salitre por los cuatro costados. Y es que el joven cocinero es oriotarra de nacimiento y de corazón. En esta huerta predominan los frutos del mar, y no cualquiera. En El Vaskito se le da una gran importancia al producto, como es natural…

¿De dónde le viene el nombre al restaurante? Es probable que más de una persona se haga la misma pregunta. Pues, como cuenta el propio Iñaki, le viene de su tío José Luis. De hecho, cuando vivía en Baqueira lo llamaban así. Allí abrió su restaurante La Borda del Vaskito, con la intención de llevar la gastronomía de Euskadi a esa zona rodeada de nieve y montañas.

Iñaki mantiene en gran medida la filosofía de su tío. Tanto en el nombre como en la esencia. Porque el restaurante de Baqueira llevó a los Pirineos lo que nadie hacía en la zona: una oferta basada en el producto. Y así lo ha hecho también en Donostia, con especial atención a los frutos del mar. Habiendo vivido en casa esa tradición de pescadores y conserveros, no podía ser de otra manera.

La formación de Iñaki no es moco de pavo. Se graduó en la 3ª promoción del Basque Culinary Center, y después siguió trabajando y estudiando en los prestigiosos restaurantes Elkano y Xixario, entre otros. No es difícil adivinar qué tipo de cocina le gusta.

En El Vaskito la materia prima es la protagonista. Y cuando la materia prima es excelente, es responsabilidad del cocinero no fastidiarla. Iñaki prepara los platos con la menor intervención posible, como lo haría su abuela, respetando la materia prima y sin mucho teatro.

Para conseguir el mejor producto hay que tratarlo directamente. Por eso a Iñaki le gusta ir todos los días al mercado y a la lonja de pescado. Le gusta trabajar con materia prima de temporada y espera, como agua de mayo, la llegada de los productos de temporada.

En El Vaskito encontrarás excelentes chuletas, pero si hay una materia prima con la que le gusta trabajar, esa es la que viene del mar. Besugo o rodaballo a la parrilla, cocochas con hongos, chipirones en su tinta o los boquerones en conserva más finos. Esos son los que más le gustan al joven oriotarra.

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