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Ainhoa Alava Albisua

Productora de huevos ecológicos

Orduña, 1976

Proviene de una familia de baserritarras dedicada al ganado, donde han criado vacas, ovejas y yeguas. Alava lleva emprendiendo unos cuantos años y ha puesto en marcha distintos negocios basados en la cultura ecológica. Primeramente, una línea de cría de caracoles y, actualmente, una iniciativa de huevos de gallinas con bienestar animal y desarrollo sostenible.

Arrancó su andadura trabajando en la carnicería familiar de Gasteiz, hasta que en el año 2006 decidió realizar un viaje de ida y vuelta al caserío. Fue así como finalizó su etapa urbana. Tras lograr el certificado ecológico, decidió crear la primera granja de caracoles eco del Estado español, llamada ‘Barraskibide’.  

El exitoso proyecto le llevó a armar la pionera iniciativa de conserva de carne de caracol. Al ser una actividad estacional, disponía de tiempo libre y aun teniendo ventas totales, tomó la decisión de poner en marcha un segundo negocio: ‘Oliobide’. Se trata, en concreto, de un criadero de tres mil gallinas con una producción de dos mil huevos diarios.

Hoy en día Alava recuerda tanto lo dificultoso como divertido que han sido estos años hasta conseguir tener todo el producto vendido, controlada íntegramente la producción así como la distribución. Todo ello con una idea muy clara, la de gestionar ella misma toda la cadena, sin supermercados ni grandes cadenas que mediaran en la venta.

Perteneciente a la asociación ‘Slow food’ de Bizkaia, esta emprendedora ha lanzado recientemente una segunda línea. Concretamente, el poco valor de la carne de gallina una vez pasado el proceso reproductivo le ha hecho iniciarse en un nuevo proyecto de hamburguesas y caldo eco, el primero con ese certificado en Euskadi.

Asimismo, reconoce que no disponía de conocimiento al respecto, pero el trabajo personalizado con la clientela, tanto de los restaurantes como del pequeño comercio, ha hecho que hoy en día tenga un mayor control del mercado.

Actualmente Alava sigue pensando en futuras líneas de negocio, como el flan, por ejemplo, y afirma que es “muy importante” hacer cosas que “te gusten para ser feliz” en los proyectos de cada uno. Al fin y al cabo se muestra optimista por “el buen momento que vive la gastronomía vasca”.