Proyectos

Personas

Volver a Personas

Ana Roquero

Diseñadora industrial

Bilbo,1963

Formada en Bellas Artes y en diseño industrial en la Universidad de Kingston de Inglaterra, es CEO de ‘Cookplay’, una vajilla que se encuentra en las mejores mesas de los restaurantes de todo el mundo.

Ha sido pionera en el diseño industrial en Euskadi. “A través de unas becas que dio la Diputación de Bizkaia, ayudaron a formar empresas de diseño para crear bienes de consumo, desde electrodomésticos, aparatos médicos, hasta sillería, mobiliario de oficina o cualquier elemento que pudiera fabricarse en serie”, afirma esta bilbaína. 

Trabajó en distintos proyectos de consultoría de diseño y así pasó a realizar proyectos para ‘Fagor’ con nuevas líneas de electrodomésticos, para ‘BH’ desarrollando máquinas de musculación o para los autobuses ‘Irizar’ diseñando acabados al objeto de que el viaje fuera agradable; además de otros proyectos en Madrid o Barcelona. Todo ello, basado en el ‘design thinking’ con el que ayudaba a comunicarlo, además de buenas fotografías o novedosos stands en ferias especializadas. “Esta fue una actividad totalmente nueva en la época”, comenta Roquero.

Respecto a cómo define Cookplay, indica lo siguiente: “Vivo con mucha pasión el oficio. Mi labor sigue siendo diseñar y, pasada la crisis de 2008, me lancé. Pensé que había necesidad en el mercado y tuve la valentía, además de producirlo”. En aquellos momentos estaba muy en boga Ferran Adrià: “Pensamos que si había una creatividad en la cocina, tenía que haber soportes de vajilla para ello”. Así nació la marca en el año 2013.

Aquellos comienzos los recuerda como años repletos de viajes y estudios, siempre con un carácter muy vanguardista: “Queríamos utilizar materiales ecológicos y sostenibles; empezamos con la porcelana: es la mejor mezcla de minerales, se cuece a mayor temperatura, tiene mayor calidad y es el más puro”.

Pero, sobre todo, está agradecida de cómo se cuajó en el mercado, donde los grandes chefs como Juan Mari Arzak, Eneko Atxa, los hermanos Roca o Martín Berasategui, entre otros, les respaldaron: “Fue tal el éxito, que me lancé a realizar la segunda colección con el mismo material”. 

En esa constante evolución, Roquero aprendió en Japón la técnica de realizar vajilla con fibra de caña de azúcar, por lo que en el año 2019 se lanzó a una línea de catering y eventos. “Fue casualidad que encajara por el momento que era”. Actualmente, en concreto, se halla diseñando para colectividades, residencias y hospitales.

Fiel a la exportación por el mundo, distribuye su producto en Francia, Italia, Australia, o mercados como el Caribe con un pequeño equipo de ocho personas, con departamentos de comercial o diseño y producción externalizada. “Quiero ser libre y ligera”, añade.

Tiene una mirada siempre puesta en el futuro y afirma que los materiales van a cambiar, entrarán ecológicos con tendencia hacia el take away y los restaurantes serán, concretamente, para vivir una gran experiencia: “El chef se ha abierto al diseño y pasan nuevas emociones en los espacios gastronómicos”. 

Entre sus nuevos objetivos se encuentran sacar al mercado cubiertos con el gran reto de ser novedosos en un amplio mercado existente. Además, a futuro sueña en completar la mesa con una cristalería propia.