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Juan Carlos Royo Gabancho

Mayorista de pescado

Bermeo, 1963

Es mayorista en la compra de pescado fresco de la flota de bajura de Bermeo desde 1998 junto a su hermano Eusebio Royo. Principalmente, adquieren especies como rape, merluza, cabracho, antxoa, verdel o pescado azul. Desde 2005 también gestiona una pequeña conservera de antxoas y boquerones capturados con métodos de pesca tradicionales.

Su política ha sido siempre la de ir creciendo poco a poco, con el objetivo de seguir en dicha línea: “No hay intención de crecer en producción, el objetivo es mantener la calidad”, apunta. No en vano, Royo es crítico en cómo se vende en Euskal Herria: “Hay buena antxoa, en Ondarroa o en Mutriku, pero el problema es que no sabemos vendernos”.

Este bermeotarra habla sobre diversos temas, tales como los cambios que ha habido en el sector en estos últimos años con la mejora de la profesionalización y de la calidad. “Pero tenemos el ‘handicap’ de las cuotas, en lo que creo que hay un gran desconocimiento en Bruselas”, añade. Se refiere, en concreto, a cómo se tratan las capturas de verdel y antxoa, gestionadas por el histórico de sus capturas y distribuidas por comunidades. También sobre la pesca del bonito, que en las Islas Canarias se comienza antes que en las flotas del Cantábrico. 

“Me gustaría que las cuotas a futuro fueran por barco”, aclara, ya que se trata de un negocio que lo describe “de cercanía”, de contacto directo con las y los armadores y mayoristas. “Compartimos poteo en el pueblo”, detalla.

Asimismo, este mayorista también ha percibido “un cambio” en el recorrido de la antxoa, un pescado que pasaba por Gipuzkoa procedente de Arcachon y que ahora, “por cuestiones desconocidas, aparece en Asturias”.

Royo, productor asociado a ‘Slow food’ de Bizkaia, analiza la gastronomía vasca por los grandes cocineros que existen en el sector. Afirma, en cambio, que si se desea degustar producto local, debemos “valorar más” el precio: “Hay algunos que no están dispuestos a pagar y lo adquieren más barato, proveniente de otros países”. 

Es por ello que le gustaría que la información llegará más nítidamente a la persona consumidora, al igual que la trazabilidad que se les exige a ellos y ellas actualmente. Por lo que, señala: “En la carta de los restaurantes tendría que poner el origen. Tenemos tecnología para hacerlo”.