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Luis Mokoroa

Presidente perpetuo de la Cofradía Vasca de Gastronomía

Donostia-San Sebastián, 1943

Mokoroa dirige la Cofradía Vasca de Gastronomía, una organización que nació con el objetivo de poner en valor el conocimiento y la difusión de la cocina vasca a través de la defensa del patrimonio de la cultura culinaria, sus productos, la historia y las tradiciones.

Fisioterapeuta de profesión, el donostiarra siempre ha estado ligado a la gastronomía. Su padre, Félix Mokoroa, prolífico escritor en dicha materia, fue el anterior presidente de la Cofradía entre los años 1982 y 1985.

A finales de los años 50 fue cuando se empezaron a mover los cimentos de lo que es en la actualidad la Cofradía. En la rebotica que poseía Félix en la calle Legazpia de San Sebastián se realizaban grandes tertulias entre gastrónomos de la época. El coordinador de todo ello era Perico Arana, director de la CAT, el Centro de Atracción y Turismo de la capital.

Dichos debates y las referencias que tomaron de las cofradías francesas impulsaron la consecución de reuniones entre personas conocedoras de la cultura gastronómica para aportar sus conocimientos. Aquellas tertulias acababan en cenas en la sociedad ‘Cañoyetan’, una de las más antiguas de la ciudad.

Corría el año 1961 cuando finalmente se fundó la Cofradía para poner en valor la cocina tradicional vasca. La sociedad se inauguró, concretamente, en 1967 en la actual ubicación de la Parte Vieja donostiarra y se decidió disponer de un local social en defensa de recetas antiguas; el mayor tesoro de las sociedades.

Aquella cena inaugural estuvo dirigida por Luis Irizar, que impulsó mucho la sociedad tanto con conferencias como con distintos actos. De entre el alumnado, se encontraban los jóvenes Pedro Subijana, Roteta Roteta, Karlos Arguiñano, Jose Ramon Elizando o el mejicano Ignacio Etxeberria.

Entre sus reflexiones en voz alta, Irizar comenta que la gastronomía vasca ha pasado por “momentos de rutina” antes del movimiento de la nueva cocina vasca, pero que quizás ahora “nos hemos disparado” y “cuesta mucho” ver platos tradicionales en muchos restaurantes en los que sí se ven “combinaciones complejas”.

En comparación con su época, que eran autodidactas, indica, a su vez, que hay una diferencia muy importante para con el movimiento actual: “La gente está muy bien preparada y sabe gestionar”.