Enólogo / Comercial y gestor
Astigarraga, 1950 / Astigarraga, 1991
Padre e hijo, continúan el legado de la familia Zapiain en la sidrería que lleva su apellido, vinculado a la sidra desde el siglo XVI. Gestionan dicha bodega en la localidad de Astigarraga, también llamada ‘la cuna de la sidra’.
Miguel Zapiain nació en el mismo caserío donde en la actualidad se sitúa la sidrería. Trabajó en las labores de casa, para marchar después al municipio valenciano de Requena a estudiar viticultura y enología, donde aprendió, tal y como le gusta decir a él, “con fórmulas antiguas, por razonamiento y reglas de tres”.
El padre de Miguel, Nicolás Rosario Zapiain Agirregabiria, impulsó la sidrería a comienzos de 1960 y construyó la bodega actual: “Era un gran caserío potente, donde se producía el preciado zumo de manzana. Además, disponíamos de ganado vacuno o huerta y él decidió enfocar el negocio hacia la sidra en una época donde se producían 250 mil litros”.
El joven Miguel realizaba labores de comercial y técnicas entonces. Recuerda perfectamente el cambio de la botella de champagne, con el que se embotellaba el preciado mosto en los años ochenta, al paso de la botella tipo ‘asturiana’, hasta llegar a la actual, a principios de esa década.
Ion Zapiain es uno de los siete hermanos y hermanas que continúa la tradición familiar. Se formó en el grado de administración y empresas en la Universidad de Deusto así como en auditoría de empresa para aprender la gestión de la misma. Habla del presente y futuro, a la vez que fija su mirada en la gastronomía. Ve en la actualidad un gran interés hacia su sector, un público que valora el producto y máxime cuando ve lo que hay detrás: “Somos unos enamorados de la hostelería, donde cada vez hay más conocimiento”.
Los dos ven la necesidad de la profesionalización de un sector en la que la experiencia de un restaurante mejorará si la calidad de la bebida se halla en sintonía con el resto. A su vez, marcan los objetivos principales de Zapiain con el fin de conectar más con el público extranjero así como sacar al mercado nuevos productos para que la sidra vasca se conozca en el mundo.
