
Diseñador
Uharte, 1965
Es uno de los grandes creadores vascos y toca distintas disciplinas. Ha realizado trabajos significativos relacionados con la cultura gastronómica para restaurantes tales como ‘Martín Berasategui’, para el ‘Basque Culinary Center’ o el restaurante ‘Mugaritz’. Con este último recibió el premio ‘Sphere’, otorgado por el ‘Art Director Club’ de New York.
Prefiere definirse como diseñador, en el sentido más amplio (interiorismo, editorial, industrial, gráfico, servicios, etc), siempre bajo una notable influencia de la literatura, del relato como eje de cada trabajo. En cuanto a sus últimos trabajos se refiere, ha realizado colecciones de porcelana para el restaurante Mirazur, el diseño global para el ‘Nublo’ de Haro, Champañeras para el Hotel Maybourne Riviera, cuchillos para la Bodega El Capricho, etc. Actualmente se halla inmerso en la elaboración de un libro de razas Bovinas del sur de Europa.
Bregaña analiza la gastronomía con criterio, defiende la base histórica de la cocina vasca haciendo énfasis en su dinamismo y también en los platos clásicos. “No hay crítica sin historia” dice, dando a entender con ello que muchas creaciones contemporáneas son solo humo dado que juzgarlas resulta imposible sin referentes clásicos.
El diseñador echa la vista atrás y hace memoria sobre la gastronomía vasca: “Mi perspectiva es clara, la gastronomía vasca, navarra, es la gastronomía francesa, indistinguible en origen. Nuestra cocina, tal cual eran sus reyes, de Francia y Navarra, popular o elevada, en el universo atlántico del sur de Europa donde el comer y el beber es muchas veces un destino, es una única cosa”. Como ejemplo, hace 25 años hicimos un libro que recogía las creaciones populares de Euskal Herria, no tuvimos conciencia de que estaba tocada de muerte. Hoy en día es un fósil.
El navarro profundiza más en sus explicaciones: “Ahora mismo lo que ofrecen en muchos restaurantes es una cocina internacional, idéntica en cualquier lugar, aunque “teñida” de valor local, un babel gastronómico. “Se vende” una tendencia al producto local para satisfacer una preocupación que subyace en la sociedad y ahora aflora con fuerza (lo ecológico, lo sostenible, lo local, etc), pero es maquillaje de un gran “pot pourri” global. Paradójicamente los pocos que cumplen con una cocina arraigada con lo propio, con la identidad cultural, con la “matria”, son lugares que solamente pueden pagar los extranjeros adinerados. Oxímoron.